![](https://static.wixstatic.com/media/a88509_f674913bc8ea46748eb2b0281d0eb452~mv2.jpg/v1/fill/w_640,h_640,al_c,q_85,enc_avif,quality_auto/a88509_f674913bc8ea46748eb2b0281d0eb452~mv2.jpg)
Definitivamente no siempre recibimos las noticias que deseamos escuchar.
Y me pregunto ¿qué ganamos desesperándonos?
Dan ganas de decirles a los doctores por ejemplo, que lo hagan diferente, al menos conmigo, para no morir del estrés, para poder tener buenas noticias para mi familia.
Cada cita a la que uno va es diferente y afecta las expectativas que uno tiene antes del día.
Yo trato de no meterle mucha mente en realidad, y creo que es lo mejor y pedirle solo a Dios que la sabiduría cubra ese día a los médicos para que hagan conmigo lo mejor.
Sin embargo, como lo mencioné antes uno siempre quiere las mejores noticias para la familia.
En uno de los blog anteriores les conté de una cita a finales de febrero que esperaba con estas ansias que les digo, deseaba tener otro tipo de noticias y aunque no es que tengo malas, gracias a Dios, pues aún no vamos a saber si el “bicho” esta más pequeño o más grande sino hasta que termine la radioterapia.
Y a eso le sumamos dos sesiones más de quimio, de otro tipo, más leves, según me dijo la doctora, una al principio de la radio y otra en la última semana, pero no era definitivamente lo que yo esperaba escuchar.
Paciencia y fe, el mejor consejo, y para adelante, siempre fuerte, un par de cuestas más y estoy segura que nos encontramos con esa bella campana que junto a ustedes voy a tocar.
Gracias por leerme, por sus oraciones y por sus palabras.
29 febrero 2020
Alita !me he tomado mi tiempo para leer..yo diría tus reflexiones de el alma y sin temor a equivocarme tienes la mejor arma tu fe en Dios ,que el te proteja siempre te quiero mucho.🙅😘